Exponer a los niños a la poesía es una excelente manera de desarrollar sus habilidades de lectura y el amor por la misma. Estos aprenderán nuevas palabras, practicarán la lectura en voz alta y estarán expuestos a las rimas. La poesía infantil hace que la lectura sea divertida, lo que encenderá la pasión por la palabra hablada y escrita. El día de hoy les traemos los mejores 65 poemas cortos para que los niños puedan disfrutar desde la comodidad de su casa.
Poemas cortos con autor
La primavera, de María A. Dominguez.
Ya llega la primavera
y el campo
llama a las flores,
la hierba se viste
de verde,
todo brilla con colores.
El sol calienta
más fuerte,
paseo con papá y mamá
y si miramos al cielo,
todos reímos contentos
viendo a las nubes jugar.
La plaza tiene un torre, de Antonio Machado
La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama
su dama y su blanca flor.
Canción de cuna del elefante, de Adriano del Valle
El elefante lloraba
porque no quería dormir…
Duerme elefantito mío,
que la luna te va a oír…
Papá elefante está cerca,
se oye en el Manglar su mugir;
Duerme elefantito mío,
que la luna te va a oír…
El elefante lloraba
y alzaba su trompa al viento…
parecía que en la luna
se limpiaba la nariz.
Así es, de María Elena Walsh
El cielo es de cielo,
la nube es de tiza.
La cara del sapo
me da mucha risa.
La luna es de queso
y el sol es de sol.
La cara del sapo
me da mucha tos.
Mi cara, de Gloria Fuentes
En mi cara redondita
tengo ojos y nariz,
y también una boquita
para hablar y para reír.
Con mis ojos veo todo,
con la nariz hago achís,
con mi boca como como
palomitas de maíz.
Caracola, de Federico García Lorca
Me han traído una caracola.
Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.
Mariposa del aire. Federico García Lorca
Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!.
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?
De ola en ola, de Antonio García Teijeiro
De ola en ola,
de rama en rama,
el viento silba
cada mañana.
De sol a sol,
de luna a luna,
la madre mece,
mece la cuna.
Esté en la playa
o esté en el puerto,
la barca mía
la lleva el viento.
Pegasos, lindos pegasos, de Antonio Machado
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
El ave, de Alma Velasco
El ave
para cantar
piensa en el mar.
Está enamorada la luna
de la canción encantada
del ave sobre mi cuna…
cuida mis sueños un hada.
Mi ave
es melodía
de cada día.
Poemas de amistad
En la que siempre podrás confiar,
A la que sin importar que pase siempre la vas a apoyar,
Y sin importar nada no la has de defraudar,
Solo así podrás reconocer cuando es una verdadera amistad.
Amigos siempre tuve
amigos siempre tendré
pero amigos como tu
nunca olvidaré.
Si tuviera que hacerte un regalo,
te regalaría un espejo,
porque después de ti,
lo más bonito es tu reflejo
Una rosa se deshace
y un castillo se derrumba,
pero una amistad sincera
se conserva hasta la tumba.
No quiero perlas de mar
ni perfumes de oriente,
solo quiero tu amistad
y que perdure para siempre.
No moriré del todo, amiga mía,
mientras viva en tu alma mi recuerdo.
Un verso, una palabra, una sonrisa,
te dirán claramente que no he muerto.
Las uvas nacieron verdes
y el tiempo las maduró,
nosotras nacimos lejos
y la amistad nos unió.
Eres el mar y yo el barco,
Si ti no puedo naufragar,
A ese lugar que me llevará al despertar.
Solo contigo puedo contar,
Ya que mi sangre has de llevar.
Sé que es a ti a quien quiero
porque si algo me va mal
te lo cuento a ti primero
y porque si algo me va bien
¡te lo cuento a ti también!
Quisiera ser mariposa
con alitas de algodón
para entrar en tu pecho
y robarte el corazón
Quiero ser en tu vida
algo más que un instante.
Algo más que una sombra,
más que un recuerdo
y que una sola verdad.
Ser el principio y el fin,
ser una eterna amistad.
La vida es hermosa,
como una apacible tarde de verano,
y eso es porque tiene amigos
que cuando tienes problemas te alcanzan sus manos.
El amigo sincero es el hermano
claro y elemental como la espiga,
como el pan, como el sol, como la hormiga
que confunde la miel con el verano.
Hacer un amigo es una gracia,
tener un amigo es un don,
conservar un amigo es una virtud,
ser tu amigo es un honor.
Suerte la mía por tus palabras
porque aún al llorar siento que estás
que me escuchas y me hablas
suerte la mía por tu amistad
y que por muchos años pueda durar.
Valga esta amistad que yo te tengo
para brindar por un futuro juntos
que por mucho que haya pasado el tiempo
aún nos queda por vivir un mundo.
Atrévete a caminar aunque sea descalzo,
a sonreír aunque no tengas motivos,
a ayudar a otros sin recibir aplausos
Poemas de amor cortos
Lo más bonito son tus manos y tu rostro
que me hacen sentir sentimientos sinceros,
que hacen que mi cariño sea eterno
y mi amor sea verdadero.
Cuando el mar sea redondo
y el sol deje de brillar,
ese será el día
en que te pueda olvidar.
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca, y gris, verde, y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!
Yo no sé si de verdad te quiero
Yo no sé si eso es lo que siento por ti
Solo sé que sin ti no vivo
Solo sé que sin ti me muero
Y eso si es querer…
Entonces con todas mis fuerzas
TE QUIERO
Divagando sin rumbo fijo, buscaba un amanecer,
parecía estar soñando pero no era un sueño, lo sé.
Ahora sigo un camino, sin prisa, sin correr,
sabiendo que mi destino es el de ser y no ser;
ser ante mí misma, ante mi conciencia y mi ley,
no ser ante un mundo que no logro comprender.
Tú tienes lo que busco…
lo que deseo, lo que amo, tú lo tienes.
El puño de mi corazón está golpeando, llamando.
Doy gracias a tu madre y a tu padre,
y a la muerte que no te ha visto.
Si tu pie se desvía de nuevo,
será cortado.
Si tu mano te lleva
a otro camino
se caerá podrida.
Si me apartas de tu vida
morirás
aunque vivas.
Seguirás muerta o sombra,
andando sin mí por la tierra.
¿Qué es el amor? si no es lo que siento por ti.
¿Qué es el dolor? si no es lo que siento cuando estás lejos de mí.
¿Quién soy yo sin ti?
Para mi eres la ilusión
que brota en mi corazón
que llega a dar luz
a cada palpitación.
Si amarte es delito
delincuente yo seré,
cumpliré mi condena,
pero jamás te olvidaré.
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Cuando era niño lloraba,
ahora también lloro.
Antes era por un juguete,
ahora porque te adoro.
Te quiero ¿desde cuándo?
No lo sé.
Solo sé que te quiero
y que jamás te olvidaré
Llorando tomé el lápiz,
Llorando te escribí,
Llorando te suplico
Que no te olvides de mí.
La verdad,
es todo más sencillo
que explicaciones largas,
metáforas rebuscadas,
vueltas y vueltas.
Pienso en ti,
y sonrío.
Así de simple.
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
De la vida, no quiero mucho
Quiero apenas saber que
intente todo lo que quise,
tuve todo lo que pude
ame lo que valía la pena,
y perdí apenas lo que nunca fue mio.
Llenas de color mi vida,
alumbras mi despertar,
te quiero más cada día
y no te pienso olvidar.
Te quiero porque te quiero,
porque en el querer nadie manda.
Te quiero porque me nace,
en lo profundo del alma.
Hace rato que te miro y mis ojos te ven,
hace tiempo que te espero pero sin saber,
y aunque recién te conozco ayer te busqué.
Porque, sin buscarte
te ando encontrando
por todos lados, principalmente
cuando cierro los ojos.
Tus ojos son luceros,
tus labios, de terciopelo,
y un amor como el que siento,
es imposible esconderlo.
Poemas de tristeza
Al triste, de Jorge Luis Borges
Ahí está lo que fue: la tercera espada
del sajón y su métrica de hierro,
los mares y las islas del destierro
del hijo de Laertes, la dorada
luna del persa y los sin fin jardines
de la filosofía y de la historia,
El oro sepulcral de la memoria
y en la sombra el olor de los jazmines.
Y nada de eso importa. El resignado
ejercicio del verso no te salva
ni las aguas del sueño ni la estrella
que en la arrasada noche olvida el alba.
Una sola mujer es tu cuidado,
igual a las demás, pero que es ella.
Indolencia, de Alfonsina Storni
A pesar de mí misma te amor; eres tan vano
como hermoso, y me dice, vigilante, el orgullo:
«¿Para esto elegías? Gusto bajo es el tuyo;
no te vendas a nada, ni a un perfil de romano»
Y me dicta el deseo, tenebroso y pagano,
de abrirte un ancho tajo por donde tu murmullo
vital fuera colado… Sólo muerto mi arrullo
más dulce te envolviera, buscando boca y mano.
¿Salomé rediviva? ¿Son más pobres mis gestos?
Ya para cosas trágicas malos tiempos son éstos.
Yo soy la que incompleta vive siempre su vida.
Pues no pierde su línea por una fiesta griega
y al acaso indeciso, ondulante, se pliega
con los ojos lejanos y el alma distraída.
Me declaro vencido, de Miquel Martí Pol
Me declaro vencido. Los años que me quedan
los malviviré en penumbra. Cada mañana
deshojaré una rosa, la misma,
y con tinta evanescente escribiré un verso
débil y nostálgico en cada pétalo.
Os lego mi sombra en testamento:
es lo más perdurable y sólido que tengo,
y los cuatro palmos de mundo tranquilo
que creo cada día con la mirada.
Cuando muera, cavad un profundo hoyo
y enterradme en él de pie, frente al mediodía,
que el sol, al salir, me ciegue el fondo de los ojos.
Así la gente que me vea exclamará:
Mirad, un muerto con la mirada viva.
Despedida, de Jorge Luis Borges
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo…
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Despedida, de Jorge Luis Borges
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo…
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Tú me has llenado de dolor la mente, de Guido Cavalcanti
Tú me has llenado de dolor la mente,
tanto que el alma se esfuerza por partir
y los suspiros del corazón doliente
muestran a los ojos que no puedo más.
Amor, que tu gran valor siente,
dice; “Lamento que debas morir
por esta cruel dama que no parece
oír que habla la piedad por ti”.
Voy como el que está afuera de la vida,
que a la vista parece un hombre
tallado en piedra, bronce o madera,
mas camina sólo por costumbre
y en el corazón lleva la herida
que es señal de muerte verdadera.
Poemas cortos de animales
Silvina, mi gallina
usa zapatitos de bailarina,
se peina y se alista,
igual que una artista
y con su copete
se hace un rodete.
Ciertos animalitos,
todos de cuatro pies,
a la gallina ciega
jugaban una vez.
El perro ladraba
y el gato maullaba,
mientras el mosquito,
zumbaba y zumbaba
y al niño en su cuna
su madre cantaba.
Todos en la casa
contentos estaban.
Eres mi alma gemela
eres la que me anhela
eres la que me divierte
nunca quiero perderte
quiero tenerte
siempre quererte
no dejar de verte
eres tu mi amigo fiel
quien me ayuda
me desahoga
y me inspira
y me brilla
ese color café de tu pelaje
y esa pereza chistosa que traes
Espera, espera,
lorito, no te vayas a Perú.
Espera, espera, bonito,
loro verde, loro azul.
No te vayas por el mar
en ese barco velero.
No te vayas, no te vayas,
no te vayas, que te quiero.
Me han traído una caracola.
Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.
Me han traído una caracola.
Detrás de un salmón
nada un tiburón,
lo caza en Alaska
cansados los dos.
Asustado grita:
¡Nooo!, por favor,
mi vida es muy corta
¡Muestra compasión!
Abriendo su boca
lo deja escapar
y corriente arriba
lo ha visto nadar.
Tornóse en mariposa,
los bracitos en alas,
y los pies ternezuelos
en patitas doradas.
Morado y verde limón
estaba el poniente, madre.
Morado y verde limón
estaba mi corazón.
¡Verdugones de los golpes
de su rudo corazón!
…Morado y verde limón
estaba el poniente, madre.
No entiendo lo que me dices,
¿por qué me hablas en francés
cuando sabes que inglés hablo?
—dijo la oruga al ciempiés—
El ciempiés que el inglés habla
le sigue hablando en francés
y enojándose la oruga,
—dijo — good bye ciempiés.
Verde, lenta, la tortuga.
¡Ya se comió el perejil,
la hojita de la lechuga!
¡Al agua, que el baño está
rebosando!
¡Al agua, pato!
Y sí que nos gusta a mí
y al niño ver la tortuga
tontita y sola nadando.